lunes, 19 de enero de 2009

Menos que un amor y más que un amigo



Ahí va algo más sobre el amor...

Menos que un amor y más que un amigo

Qué bien que al fin dejamos de ser dos buenos amigos!
el amor nos volvió completos desconocidos
y descubrimos que éramos totalmente distintos
empezar de nuevo a pesar del tiempo vivido.

Me cansé de ser,
tu hermano mayor,
tu mejor amigo,
tu socio, tu confesor.

Me cansé de ser
experto en el amor
que sentías por otros
otros que no eran yo
.

Empezar a querer como nunca había querido
descubrir una parte de ti que no había conocido
y encontrar otro mundo ahí detrás
que me habías escondido
y jugar a esos juegos que tu me tenías prohibidos.

Me cansé de ser..

Me cansé de hacer
de sabio profesor
de contarte historias
que no me creía ni yo.

Me cansé de poner
cara de comprender
de darte consejos
y de no decirte que yo..

Me cansé de hablar de amor y de no hacerlo contigo
me cansé de recoger lo que sobraba de tus líos
de no ser el que cada noche te quitaba el vestido
me cansé ser menos que un amor,
..y más que un amigo.

sábado, 17 de enero de 2009

Cerrarle la puerta al amor


Transcribiré un tema que lo leí en una revista de un diario, un tema fuera de lo que normalmente se trata en este blog.

Lo que a continuación se escribe tiene relación con una situación en mi vida que me ha traído una infinidad de consecuencias un tanto penosas, pero que me han dado una lección de vida, el volver a empezar, a no darme por vencido.

Antes de que lean el post, ahí van unas cuántas frases relacionadas con el mismo:

Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz. 
George Sand (1804-1876) Escritora francesa 

Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor. 
Tácito (55-115) Historiador romano 

Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad. 
Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) Filósofo, físico y matemático alemán 

Es duro, es doloroso, no ser amado cuando se ama todavía, pero es bastante más duro ser todavía amado cuando ya no se ama. 
Georges Courteline (1858-1929) Dramaturgo y novelista francés 

Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta. 
Sam Keen (1931-?) Escritor, profesor y filósofo americano 

Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida. 
Albert Einstein (1879-1955) Científico estadounidense de origen alemán 

Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza. 
Anónimo 

Hay que escuchar a la cabeza, pero dejar hablar al corazón. 
Marguerite Yourcenar (1903-1987) Escritora francesa 

El corazón es un niño: espera lo que desea. 
Proverbio ruso 

El corazón tiene razones que la razón ignora. 
Blaise Pascal (1623-1662) Científico, filósofo y escritor francés 

Ojos que no ven, corazón que no siente. 
Refrán 

La mujer perdona las infidelidades, pero no las olvida. El hombre olvida las infidelidades, pero no las perdona. 
Severo Catalina (1832-1871) Periodista y escritor español 

Los hombres engañan más que las mujeres; las mujeres, mejor. 
Joaquín Sabina (1949-?) Cantautor y poeta español 

Las infidelidades se perdonan, pero no se olvidan jamás. 
Marquesa de Sévigné Escritora francesa. 

En un beso, sabrás todo lo que he callado. 
Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno 

Por una mirada, un mundo; / por una sonrisa, un cielo; / por un beso... yo no sé / qué te diera por un beso. 
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) Poeta español 

El más difícil no es el primer beso sino el último. 
Paul Géraldy (1885-1983) Poeta y dramaturgo francés 

Un beso legal nunca vale tanto como un beso robado. 
Guy de Maupassant (1850-1893) Escritor francés. 

Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá. 
Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español. 

Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan. 
Jean Jacques Rousseau (1712-1778) Filósofo francés 

Un hombre que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca. 
Carl Gustav Jung (1875-1961) Psicólogo y psiquiatra suizo 

Cerrarle la puerta al amor

La vulnerabilidad frente a alguien causa temor. Cuando nos exponemos a una persona abierta y honestamente, corremos el riesgo del rechazo, de ser juzgados y quizás heridos.

Para evitar esa situación de angustia y dolor, la solución más común es no involucrarse demasiado en una relación amorosa y enmascarar la identidad. 

Lo máximo que se logra es mantener a flote la relación pero no nos arriesgamos a ir hacia la profundidad de esas aguas del romance que pudieran tragarnos y causarnos daño. 

Por lo general tenemos temor a amar profundamente porque nos asusta revelar nuestra intimidad, mostrar a la pareja cómo somos, desnudar nuestra alma. Sin embargo, el verdadero amor requiere de ese nivel de vulnerabilidad y confianza si busca un fin común. 

El dolor es inevitable en las relaciones profundas y significativas. Nadie es perfecto en el mundo y consecuentemente ninguna persona se sentirá totalmente satisfecha siempre con otra persona. 

Incluso el amor de los padres hacia los hijos corre el riesgo de ser juzgado y de dejar heridas en ellos, producidas durante su crecimiento aunque su intención haya sido la mejor y hayan entregado todo su amor. 

Como consecuencia de ello, experimentamos a una pronta edad el profundo dolor asociado con el sentirse herido por alguien a quien amamos y de quien dependemos y, asimismo, aprendemos muy temprano a esconder nuestros sentimientos con relación a esa dependencia sentimental. Irónicamente, sin embargo, existe una verdadera sed en nuestras almas por encontrar una relación íntima que nos proporcione todo aquello con lo que hemos soñado. 

Sin embargo, cargamos a cuestas esa retaguardia protectora virtual que nos previene de dolores sentimentales, perdiendo la oportunidad de encontrar relaciones significativas que si bien es cierto demandan ciertos sacrificios personales también llenan ese espacio que  logra convertirnos en un todo al unirnos a lo que muchos llaman el ‘alma gemela’, es decir a complementarnos. 

Sin embargo, en muchas ocasiones escogemos ser amigos leales, conocidos o compañeros de trabajo, deportes, etc. porque creemos que es más fácil no tener que involucrarnos sentimentalmente para evitarnos dolores. 

Gyorgy Dozci, autor de un hermoso libro llamado ‘El poder de los límites’, ilustra cómo toda materia y forma tiene límites, filos y bordes, necesarios para definir los aspectos de la creación. Son límites de peso, talla, velocidad, definición de colores, de formas, etc. Un concepto simple pero muy profundo sin duda. 

“Como seres humanos nos cuestionamos por qué no podemos volar, aparecer y desaparecer, la respuesta es porque existen ciertos límites y es gracias a esas limitaciones que la belleza y el placer pueden ser experimentados. Por ejemplo, una deliciosa comida es más deliciosa gracias a  las limitaciones y definiciones del plato, del color de la comida, el contraste de algo ligero y algo pesado (un suflé de chocolate con helado). 

Si imaginamos a los bailarines en escena, podemos darnos cuenta de que son los límites de la gravedad los que les obligan a elevarse y a volar a lo largo del escenario o bailar en las puntas de sus pies como si no  tuvieran que esforzarse en lo absoluto.

De manera que la fricción, la gravedad, la tracción, la resistencia son por lo común necesarios para crear el contraste que la creatividad requiere. Y en el campo de las relaciones humanas esto también es así. Para valorar una relación en la que se pueda dar la comunicación, el propósito, el compromiso, el empoderamiento, el honor, la ternura, el respeto, la devoción, el recuerdo, el éxtasis, el misterio, el romance, la sorpresa, lo opuesto necesita también existir. 

Es imposible reconocer algo que verdaderamente queremos sin haber primero comprendido lo que queremos. Y es por ello que creo que se puede producir una resistencia cuando se trata de personas que viven relaciones amorosas bellas”, manifiesta este  autor.

La gente va acumulando tantas experiencias que no le gusta la idea de comenzar a creer que no hay nada que pueda ser mejor pero, como dice Dozci, lo que no se dan cuenta estas personas es que sus cuentas bancarias de experiencias les han cerrado el paso a sus opuestos. Ese ‘desgraciado’ novio o esa ‘infeliz’ novia, esa traición, esas palabras horribles, esa falta de atención y de amabilidad han logrado que aparezca un profundo deseo y aprecio de lo contrario. 

Todos necesitamos amar. Todos nos sentimos solitarios una u otra vez y pensamos que nos hace falta el amor y día tras día imaginamos que encontraremos a la persona ideal con quien pasaremos el resto de nuestras vidas y, sin duda, muchas veces encontramos a esa persona maravillosa con la cual quisiéramos pasar el resto de la vida a un  punto tal que se toman decisiones definitivas: unirse más, comprometerse y hasta casarse. 

Y es entonces cuando el pánico entra en escena, cuando las dudas nos martirizan, cuando la confusión reina, los recuerdos se agolpan y revivimos  imágenes de pasados encuentros, de experiencias fallidas, de desengaños, de desilusiones, de temor, rabia y dolor.

Sin duda nadie busca conscientemente la soledad; sin embargo, muchas veces cerramos las puertas de nuestro corazón, de nuestra alma al amor.  Las razones pueden ser varias y todas buenas: experiencias pasadas dolorosas que nos alejan de una posible relación; pérdida de la independencia porque creemos que al abrir la puerta al amor entregamos la llave de nuestra intimidad; falta de tiempo, una excusa usada por muchos, muchas veces; miedo al compromiso porque no queremos perder la libertad; falta de autoestima porque creemos que no  merecemos ser amados; mentalidad perfeccionista que nos lleva a esperar lo imposible: la pareja perfecta. 

Pero, ¿cómo puede otro ser humano mirar en nuestro interior y conocer nuestras cualidades si cerramos las puertas al amor? Según Dozci, la respuesta es a través de las experiencias vividas que nos llevan a entender que somos capaces de encontrar lo que buscamos y de exigir lo que necesitamos.