miércoles, 24 de diciembre de 2008

Las Cuatro Puertas


Esta historia la vivió Camila, como llamaré a la protagonista, quien tenía aún vivos a los abuelos paternos, a quienes adoraba entrañablemente.

Ya hace como seis meses, el abuelo enfermo gravemente y su salud se deterioraba muy rápidamente, por lo que al pasar cerca de dos meses éste falleció, y la abuela quedó como alma en pena en la casa que había compartido muchos años de amor y armonía. Por supuesto tenía a sus hijos y sus nietos, pero no era lo mismo que tener a su lado al hombre a quien tanto amó.

Rebeca, como se llamaba la abuela tenía una extremada confianza en su nieta Camila, tanto así que terminó conversándole algo que le ocurría muy seguidamente luego de la muerte de su esposo.

Le dijo a Camila: "sueño todas las noches que se observan cuatro puertas seguidas, y en la puerta del final, está él, extendiéndome la mano para que lo acompañe":

Pasaron los días, y una noche fue Camila quien tuvo un sueño un tanto extraño. Soñaba que era pequeña aún, y que subía por las escaleras de un edificio cogida de la mano de su abuela. Era una especie de edificio desconocido puesto que para Camila no le era familiar. Ella no recuerda bien cuantos pisos ascendieron hasta llegar a uno de ellos, pero lo que si recuerda es que en ese nivel se veían cuatro puertas, y sorpresivamente se abrió la última puerta, a donde se dirigió su abuela. Esta soltó la mano de Camila y se dirigió hacia la puerta recién abierta. Camila trató de seguirla pero su abuela con voz firme le dijo: "No, tú no debes venir". Solamente ella recuerda que su abuela le sonrió, entró en la puerta y ahí terminó todo.

Cuando se despertó por la mañana, su madre le comunicó que la abuela había fallecido la noche anterior. Se había despedido de ella en el sueño que había tenido.

Ahora, cuando me contaron la historia me pregunté, ¿que tenían que ver las cuatro puertas en toda la historia? Pues cada puerta significaba un mes. La abuela falleció cuatro meses después de que falleció el esposo, o sea cuatro puertas después. Y si recuerdan como ella decía en el sueño, en la puerta final, o sea la cuarta puerta, su esposo le extendía la mano para que lo acompañara.


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